En estos últimos días hay un sentimiento que se ha encargado de invadir mi corazón, mi mente, mi cuerpo y, poco a poco, lo va haciendo con mi alma. Ese sentimiento no tiene nombre todavía o, al menos, yo no encuentro el nombre adecuado. Y no porque no sepa definir ese sentimiento, sino porque un solo nombre no es espacio suficiente para tantas definiciones. Porque sí, no solo me hace sentir una sola cosa, sino muchas. Quizás la raíz del problema está al principio de este párrafo: un sentimiento. Pues a lo mejor, no es uno, sino muchos que actúan de manera conjunta.

En pocas palabras le podría llamar soledad. La soledad no sé si está considerada como un sentimiento o como un estado, en el caso de que haya diferencia entre ambos, claro. O, quizás, solo es nostalgia ligada a la ansiedad que me produce el acercamiento de los exámenes. Sea como sea, me siento sola.

A veces, da igual cuánta gente tengas a tu alrededor, que el sentimiento de soledad permanece en ti hasta que él quiera o, mejor dicho, hasta que una misma lo permita. Sin embargo, la compañía de las personas hace que ese sentimiento se apacigüe.

Mientras escribo, me doy cuenta de lo mucho que me gusta escribir. Pero, ¿por qué me gusta tanto? Lo diré en pocas palabras: me saca de este mundo. O, también, podría decir que me lleva a un mundo en el que puedo expresar con libertad y sin remordimiento alguno todos y cada uno de mis sentimientos.

No nos gustan las cosas, sino la sensación que estas dejan y, a su vez, nos producen. De manera análoga se actúa en las relaciones interpersonales. ¿Lo habías pensado?

pd: mientras lees esto, te recomiendo escuchar "Girl Afraid" by The Smiths. Para ello, ¡dale al play!